Hace tiempo que dejé de luchar contra el sueño en el cine. Cuando estamos fusilados, merecemos dormir. No entiendo a la gente que se aplica su propia tortura naranja mecanicosa.
Son personas que se enojan consigo mismas y llaman desubicada a la demanda de descanso, que no respeta que están viendo una película. Se esfuerzan por seguir mirando las imágenes cuando lo único que quieren ver es el lado oscuro de sus párpados.
Cuando me ataca el sueño en una sala de cine yo me rindo, es mejor que la historia siga sin mí. Si es una película mala, ni me importa jugarle esa carrera. Si es buena, me estará esperando al día siguiente, a la misma hora y en el mismo lugar. No hay película rencorosa.
Yo me quedo panchita, me acomodo lo mejor posible y directamente me tiro a dormir con todas mis fuerzas. Me gusta usar mi saco de manta, es lindo también cuando hay alguien al lado para apoyar la cabeza y esas cosas.
1 comentario:
Lo importante es que no ronques.
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